Pretender una economía sostenible y generar desarrollo industrial inclusivo a nivel mundial y puntualmente en América Latina, es vital reconocer a la energía sostenible como uno de los ejes percusores para el alcance de los intereses económicos y sociales, como la inclusión de la mujer y la reducción de la pobreza, así como la prevención de la contaminación del medio ambiente en los países.

La creación del ODS 7, cuyo objetivo es [1]“…garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”, ayudará a enlazar y cumplir otros ODS como lo son la eliminación de la pobreza a través de la creación de empleos y medios de vida sostenible; la igualdad de género al hacer partícipes a las mujeres y niñas en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas que impulsarán hacia las economías sostenibles; la protección de los ecosistemas ejecutando acciones que disminuyan la desertificación y la deforestación causadas por el cambio climático y las actividades humanas y la reducción del cambio climático, ya que la energía predomina entre los contribuyentes a este fenómeno y representa alrededor del 60% del total de emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial[2].

Por ello, el papel que tienen las Naciones y la industria en general es de suma importancia para el cumplimiento del ODS 7, ya que son estos los actores que deben hacer los aportes en investigación y en inversiones, buscando la implementación de energías renovables, tecnologías limpias y en eficiencia energética y así avanzar hacia una economía baja en carbono. Es necesario que se sumen esfuerzos, la empresa privada tomando decisiones sobre inversiones que tengan un impacto positivo en el consumo de energía, así como llevando a cabo soluciones que incorporen la energía sostenible y la búsqueda de nuevas alternativas energéticas; de igual manera, los gobiernos integrando enfoques normativos a la política pública que promueva la implementación de estas iniciativas.

La implementación del marco general de los ODS, en especial el ODS 7, será un tema de discusión y discernimiento que tendrá que tratarse en todas las agendas y que deberá contar con mediciones y metas claras para identificar y evaluar cómo desde los países, la industria y la gente del común, aportarán a la utilización de energías más limpias y a la eficiencia energética, logrando sociedades inclusivas y resilientes, sistemas más sostenibles y mejorando la calidad de vida de todos.

[1] http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/objetivos-de-desarrollo-sostenible/

[2] http://www.un.org/es/sustainablefuture/energy.shtml

Autor:

Eduardo Atehortua

Director de Sostenibilidad de Deloitte

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